viernes, 2 de enero de 2009

Llegó la hora de aceptarlo.

Tengo que dejar de mentir, tanto a los que amablemente leen el blog como a mi mismo. Terminar de una vez y para siempre con la fantasía que me a acompañado durante años y que finalmente dejare escapar de mis pensamientos por el resto de mi vida. No es una decisión fácil tanto como alejarse del nombre que llevamos como del equipo que alentamos desde que tenemos uso de razón, pero en este caso tengo que aceptar que mi postura es indeclinable y sin vuelta atrás. Los años se fueron sumando increíblemente y a veces pienso como llegaron a ser 28, pero al restar 2008 menos 1980, en cualquier aula de la republica su producto es directamente proporcional a la cantidad de velas que inserté en mi última torta de cumpleaños. El tren pasó y mi deseo de ser modelo de pasarela ha quedado atrás y sin posibilidad de que me alcance. Quizás no ha ayudado el metro .73 del que gozo, ni mi adicción a las galletitas Oreo en paquete de dos, ni mucho menos las grandes panzadas culinarias de los Jueves a la noche, igualmente las esperanzas se mantenían intactas cual remera con la caricatura de los Ramones que en algún momento de mi adolescencia y sin razón aparente compre y que usé media vez. Pero poco a poco fue deslizándose la dura ficha de que ni Giorgio Armani, Mr. Dolce ni Gabbana me tendrían en cuenta para su próxima colección de otoño-invierno y que jamás bajaría las escaleras de la Dona Soto L’estele. La madurez, la cabeza, en realidad no se ni cuando ni porque comencé a dejar atrás el tipo de sueños que carecen de realidad y bases sólidas, para afrontar los verdaderos retos de la vida. Con el tiempo y aunque no parezca es reconfortante sentir los pies sobre la tierra y sin vacilar ir directamente al objetivo primordial. Es por eso que mañana a la tarde cuando vuelva de la oficina y luego de un fugaz cambio de indumentaria partiré sin condiciones rumbo al gimnacio. Los tiempos se acortan y cuento con apenas un mes para ponerme en óptima forma física y de una vez por todas ir a probarme a Nacional antes del comienzo de la pretemporada. Dicen que a Pelusso le falta un volante central con talento y la experiencia me dice que si le meto pata llego.

Fin