Seguramente la noche del Jueves haya sido el momento en que definitivamente perdimos esta batalla sin cuartel frente a los alienígenas mediáticos. Una guerra que tuvo enfrentamientos épicos, acompañados de sufridas derrotas que dejarán heridas abiertas por mucho tiempo. Supimos pelear, y digo supimos porque con las pequeñas armas que tienen los peones o alfiles en el ajedrez, formamos un batallón que acompaño codo a codo a los patriotas que supieron guiarnos durante los suculentos años de lucha. Crónica de una muerte anunciada sería un buen titulo para este cruel momento que nos toca vivir a aquellos que por nada del mundo, ni vendimos ni permutamos nuestras preciadas almas al mismisimo belcebú.
Desde que llegaron a nuestras tierras sabían de su objetivo. En ningún momento les tembló el pulso a la hora de librar una salvaje lucha, no importando la estatura de los diferentes defensores de la soberanía de nuestro pueblo, que veían como sus tierras eran devastados y acaparados por los alienígenas, que en nombre de un dios desconocido tomaron el papel de genocidas mediáticos del nuevo siglo.
En busca de proceres y caudillos que hicieran frente a esta invasión, la desesperación llevo a que un grupo de personas saquearan el mausoleo de la Plaza Independencia intentando rearmar el cuerpo de José Gervasio, otros por su lado intentaron descongelar los restos de Aparicio Saravia que yacían enterrados en la casa del partido blanco, en edificio lindero a DHL. Finalmente lo más parecido que se recluto fueron las estelares presencias de Nelson Artigas Olveira y el Quique Saravia que cayo en curda en compañia de Pablo Hernández. Solidariamente se sumaron a la causa personajes como Uruguay Catalogne y Alfredo Etchegaray, el cual ya estaba organizando la fiesta de la victoria en diferentes carpas en los fondos de Aras del Lago.
Nada fue lo suficientemente eficaz para frenar la envestida de un batallón notoriamente mejor adiestrado y equipado que el nuestro. Y así fue como la pasada madrugada del Viernes 9 de Marzo, mediante un silencioso desembarco en la escollera Sarandi, luego de que Los Alienigenas Mediáticos tomaron la mítica Radio Montecarlo, estandarte hasta el momento de la resistencia, procedieron a asesinar a los rebeldes que al grito de libertad o muerte se oponian al abandono de su fuente de trabajo, obligando al Sr. Gustavo De Los Santos a abandonar su puesto de mando. Si amigas y amigos, Los Alienígenas Mediáticos de ligero tono portuñol y retorica de poca monta, al tiempo de vencer a Gral. Baillo en la Batalla “ de Hora cero”, destronaron a la eminencia en vida más grande de la radiofonía uruguaya, y es tristemente posible que jamás nunca podamos volver a ver pasar al querido y nunca bien ponderado... Tren de la Noche.
Germán ITO Barbé
